África,
continente de hermosas dentaduras, aunque escasean los cepillos de dientes.
¿Cómo es posible? En muchos casos, el secreto de una deslumbrante sonrisa
radica en una simple varita de madera, para mascar.
La
dieta también es importante. En las poblaciones rurales de África se suele
comer más cereales integrales y verduras que en las ciudades, así como menos
azúcar, refrescos y alimentos que han sido refinados, todos los cuales
favorecen la formación de caries.
Este
“cepillo” fue utilizado por los babilonios y, en fechas posteriores, por los
egipcios, griegos y romanos, así como por los árabes preislámicos. Aunque en
Europa cayó en el olvido hace tres siglos, sigue siendo popular en algunas
regiones de África y Asia, entre ellas el Oriente Medio.
En
Oriente Medio se extrae por lo general del arbusto llamado adai o arak (Salvadora
persica); en
África occidental, del naranjo y el limero; en el subcontinente indio, del
cinamomo (margosa), y en África oriental, de casi trescientas especies de
árboles y arbustos. Pero ¿cuál es su acción limpiadora?
Al
mascarlo, las fibras del extremo se aflojan y forman un “cepillo” irregular. Al
mismo tiempo, se sacan las partículas alojadas entre los dientes y se estimula
la circulación en las encías.
Además,
aumenta la producción de saliva, enjuague natural que se lleva las bacterias y
crea un ambiente poco propicio para ellas.
Las
ramitas y raíces de algunas plantas contienen compuestos que aminoran la
formación de sarro. Los extractos de algunos palillos poseen propiedades
antibacterianas y antimicóticas.
Las
ramas del adai, especie ya mencionada, ayudan a prevenir las úlceras. En
Namibia, los palitos de una planta llamada muthala inhiben el crecimiento de
patógenos que ocasionan caries, enfermedades de las encías e irritación de
garganta. Por lo tanto, este instrumento para el cuidado bucal previene la
caries y fortalece las encías y las raíces de los dientes.
Ya
hay compañías que fabrican dentífricos con fibras y resinas extraídas de tales
plantas.