Algunos de los alimentos que suelen estar presentes en la
mayoría de las mesas durante estas fechas son los turrones, mazapanes, polvorones, licores...
Estos pueden dañar los dientes de sus
consumidores.
Y es que las Navidades son días de celebraciones, de largas
sobremesas, de cambios de hábitos y de excesos que derivan en un incremento de
las consultas con el odontólogo pasadas las fiestas por lesiones en los
dientes, ya sea por caries (mucho azúcar y menos higiene), ya sea porque
algunos dientes, naturales o protésicos, o aparatos ortodóncicos se han
resentido con algunos alimentos duros consumidos (turrón duro, turrón de
guirlache, crustáceos, moluscos, etc.).
Las Navidades son una
época peligrosa para nuestros dientes y los odontólogos alertan sobre el mayor
número de urgencias y de consultas que se generan en esta época del año.
Consejos:
Mantener una higiene bucodental adecuada
Es la clave para evitar dañar la salud de la cavidad oral.
La rutina diaria de
cepillarse los dientes después de cada comida principal, y, sobre todo, antes
de irse a la cama, durante un mínimo de 2 minutos y con un cepillo que esté en
buenas condiciones, no debe alterarse, y comer fuera de casa no debe utilizarse
como excusa para dejar de hacerlo.
Procurarse un pequeño neceser que incluya un
cepillo de viaje o, en su defecto, masticar chicle sin azúcar después de las
comidas, para estimular la producción de saliva y neutralizar los ácidos de la
boca, pueden ser dos excelentes soluciones.
No olvidar la higiene interdental
y, al menos una vez al día, utilizar la seda dental o los cepillos
interproximales.
Moderar el consumo de azúcar
No se trata de prohibir los dulces ni las bebidas azucaradas
o alcohólicas, sino de escoger los menos perjudiciales, de hacer un consumo
moderado y de evitar su ingesta entre comidas.
Y deberá tenerse cuidado con los
llamados dulces
sin azúcar, porque pueden contener fructosa u otros edulcorantes
que también pueden ser dañinos.
Vigilar con los alimentos duros
El turrón duro, compuesto mayoritariamente de almendra,
miel y clara de huevo, sería el recomendable por su bajo contenido en azúcar,
pero, ¡cuidado!, porque puede lastimar empastes, coronas, carillas, prótesis,
tratamientos de ortodoncia o incluso dientes sanos; y lo mismo pasa con el
marisco cuando se usan los dientes para partirlo y no los utensilios adecuados
para ello. ¡La boca no debe utilizarse como herramienta!
Añadir aceite de oliva a las comidas
puede
convertirse en un buen aliado, debido a las numerosas propiedades beneficiosas
que tiene para la salud general lo que puede repercutir en la salud de las
encías(esto lo tacho porque es solo si se hicieran enjuagues con aceite de
oliva)
Comer queso también puede ser una buena medida,
puesto que estimula la producción de saliva, equilibra el pH de la cavidad
oral, al actuar como amortiguador del ácido, y reconstruye el esmalte dental,
por lo que podría ser interesante preparar una buena tabla de quesos como
postre.
Y, tras las Navidades, los buenos propósitos
para el nuevo año.
Una visita con el odontólogo, para evaluar el estado de la
salud bucodental, podría ser uno de ellos. ¿Por qué no aprovechar la carta a
los Reyes Magos para pedir una revisión odontológica e incluso una higiene
profesional con el higienista si fuera necesario?
Seguro que será un buen
regalo que nuestras bocas agradecerán.